8 de noviembre de 2007

Un General de la Nación: Juan José Valle


Ya en 1951, siendo oficial superior, Juan José Valle, desde su puesto en el arma de Ingenieros, le tocaría defender al gobierno constitucional de Juan Domingo Perón, ante el embate de la rebelión encabezada por el General Benjamín Menendez. Y algo más: consiguió salvar la carrera de algunos oficiales comprometidos con ese golpe y que, así, pudieron llegar en actividad hasta 1955. Sin saberlo, había dado una mano a algún revolucionario antiperonista del otro septiembre. La caballerosidad era, pues, una virtud de Juan José Valle.

Es bastante conocida su actuación en el campo leal durante los sucesos de 1955. En la tarde del 16 de junio fue uno de los jefes que se hizo cargo del Ministerio de la Marina rendido a los leales. Y en septiembre integró la Junta de Generales designada para negociar en nombre del Ejército con los rebeldes.

A partir de diciembre de 1955, junto con el Gral. Raúl Tanco y otros jefes y oficiales decididos a no aceptar el proyecto antiperonista y antipopular de la llamada Revolución Libertadora -luego rebautizada por el pueblo como “Revolución Fusiladora”-, asumió la responsabilidad de organizar el “Movimiento de Recuperación Nacional”, como respuesta cívico-militar a una dictadura represora, que intervino las organizaciones de los trabajadores, proscribió al Partido Peronista, prohibió mediante un decreto increíble (decreto 4161) el uso de todo símbolo justicialista y derogó por bando la Constitución Nacional reformada en 1949.


El movimiento estalló en la noche del 9 de junio de 1956 y fue reprimido con un baño de sangre, entre el 10 y el 12. Precisamente el día 12 de junio, el Gral. Valle –quien para evitar más derramamiento de sangre se entregó al Capitan de Navío Francisco Manrique, quien la había garantizado la vida- fue fusilado en la Penitenciaría Nacional, repitiéndose con él, la misma barbarie cobarde que con el Coronel Manuel Dorrego.

Los revolucionarios nacionales del 9 de junio fueron groseramente difamados y los liberales y partidos de izquierda aplaudieron de pié los fusilamientos en la llamada Junta Consultiva. Incluso el fracasado dirigente Cipriano Reyes, quien se adjudicaba la gesta del 17 de octubre de 1945, se reunió con el vicepresidente de facto, Isaac Rojas, para demostrarle su solidaridad con la acción asesina, el mismo día que fusilaran al dignísimo Gral. Juan José Valle. “Coronado por laureles / de General verdadero”, como se le cantaba posteriormente en una rimas populares.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Completo, pedagógico, fluído y contundente. Felicitaciones!