2 de diciembre de 2007

Fefe, Fernando Moruja

Creo que después de dos años de conocerlo a Fefe me enteré que su nombre era Fernando Moruja y hoy me resulta tan extraño leerlo de esa manera por la desgracia de casi tres años atrás. Una desgracia fatal de la que me enteré por un comentario que hice en el trabajo al director de coros de la Municipalidad de Berazategui…”vos conocías a Fernando Moruja” me dijo…el “Fernando Moruja” ya me sonó extraño pero el “conocías” fue terriblemente premonitorio de lo que me imaginé. No solo por el “conocías” sino por la cara del director al ver la mía. Sin creerlo recurrí a Internet (era casi septiembre de 2006) y la web me dio el mazazo final. Hacía bastante tiempo que no nos veíamos con Fefe, tanto yo como otros amigos del sur bonaerense, a veces la lejanía geográfica es una excusa y las ocupaciones otra, pero no nos damos cuenta cuanto la lamentamos después…cuando la vida pasa inexorablemente.

El recuerdo de los eneros en Villa Gesell durante casi una década, la carpa, la playa, el invencible equipo de voley en la playa que alternaba con Hugo, Tavo, Gayama, el Tola, Leandro (invitando a alguna tanguita de la playa que no sabía jugar pero él “la cubría”), Javi, Goma, Mico Fabián, Fefe y este servidor, entre otros amigos. La noche amaneciendo con nuestro fulbito en la Playa, un duchazo en el camping, un arroz pasado en la carpa y a “perrear” a la Calle 3 de la Villa: esa Villa Gesell tan especial para quienes pasamos una parte estival de nuestras adolescencias. Algunos con novia y otros con ganas. La Gringa, Patricia y La Tana también fueron una parte viva de esos veranos…alguna que otra puteadita por el exceso de futbol y voley, pero con todo el amor compartido.

A la noche, ya tarde, después que el levante de minas con el Gato (Leandro) a la cabeza se transformara en un delirio y con muy pocas minas levantadas… venía el fogón en el terreno de la casa de Roly o en la playa y ahí… sentado a la cabeza con su bonhomía melancólica llena de humor, estaba el maestro…Sí!!!!! …nosotros mismos le decíamos maestro, y el maestro se despachaba con su inolvidable repertorio: “El quiosco”, “La del hombre” (de su autoría) “Tilín de los Bs. As” (música de él); “El otro cambio” y “Días de Juventud” de Litto Nebbia, “Catalina Bahía”, “Ché ciruja”, “Yo vivo en una ciudad” y otras tantas de Pedro y Pablo. La cara roja por el fuego y la pasión del Gato cantando “María” y “Casamiento de negros”, Tavo con su viola zurda asomándose con respeto para puntearle arriba a Fefe, el Tola aconsejando a “Caperucita Roja el lobo te va a fifar”, Marito que aportaba el rock and roll nacional y vigoroso para contarnos que tenía “40 millones, 20 mujeres leones que están en mi cama por toda la vida…”; y, ya amanecidos con los vinitos y las papas a las brasas adentro, y los mates ya fríos, el rito final: todos los varones parados en ronda alrededor del fuego y ¡¡Pssshh! “es peligroso dejarlo prendido”. Ya de vuelta a casa, carpa, dto, volvíamos felices cantando Los predatores y pispeando si alguna canasta de pan caliente asomaba de alguna panadería recién abierta.

Y así pasábamos nuestros mejores días en Gesell, en el invierno alguna que otra guitarreada y al otro enero de vuelta todo, el abrazo, el “che, no puede ser que no nos veamos durante el año”… y sí… podía ser, porque cada enero repetíamos lo mismo. Por el rumbo de cada uno, parejas rotas, novias nuevas, otros horizontes playeros, los eneros para algunos dejaron de serlo en Villa Gesell y entonces los encuentros que antes eran esporádicos en invierno, ahora resultaban prácticamente nulos, nos veíamos con uno o con otro, pero no como antes; y ahí, en esos tiempos el Maestro Fefe, despuntaba su talento dirigiendo el Coro Nacional de Niños…y claro… si él de purrete recorría el Canal 7 de televisón para integrar su coro, junto a sus hermanos, Beatriz y Mariano, y su madre cuando aún no tenía diez años.

Una vez en la Iglesia de Bernal nos enteramos que iba a estar con el Coro de Niños y lo fuimos a escuchar; a la salida lo patoteamos a abrazos y con la promesa –incumplida- de vernos pronto…La cancha de Racing fue testigo de otro encuentro, esta vez entre él y yo como dos hinchas, solo que él cantando con el coro que dirigía su hermano Mariano en el centro de la cancha y yo en la tribuna con 45 mil vagos más aplaudiéndolo y rogándole a gritos a Dios y a todos los santos para que el “sentimiento inexplicable” lo siguiera siendo.

“Maestro Fefe: más abajo dejaré publicado un raconto de tu carrera, del Maestro Fernando Moruja, por lo meritorio de tu estudio, de tu dedicación y de tu talento. En los párrafos precedentes quise recordarte, hoy que cumplirías 47 años, con el corazón abierto, por tu bondad, por tu humor, por tus canciones, por tu generosidad y por tu amistad. Maldito el último día de 2004 que nos robó tu sonrisa y tu persona, pero no tu música y tu recuerdo; y bendito el día de hoy, hace 47 años, que te vió nacer y me dio la posibilidad de conocerte”.
Rai, uno de los predatores.

Maestro Fernando Moruja

Sus estudios en el Conservatorio Municipal de Música “Manuel de Falla", del que egresó como profesor de Cultura Musical con especialización en Guitarra, le dieron el impulso para estudiar armonía y composición con Manolo Juárez y canto con Ana Sirulnik; realizar cursos con Carlos López Puccio de Les Luthiers, Eduardo Sohns, Josep Cabré y Werner Pfaff. También Fefe compuso numerosas obras corales que forman parte del repertorio de muchos coros argentinos y latinoamericanos. Fue presidente de la Asociación de Directores de Coro (ADICORA), filial ciudad de Buenos Aires. Dirigió el Coral de la Rábida y el Vocal Meridión, cantó en el Grupo Vocal de Difusión y fue un querido integrante del Estudio Coral de Buenos Aires.
Entre 1986 y 1990 fue Secretario Técnico de los coros Polifónico Nacional, Nacional de Jóvenes y Nacional de Niños. Fue socio fundador de la Asociación de Directores de Coro de la República Argentina (ADICORA) y Presidente de la Filial Ciudad de Buenos Aires de esta entidad. Como compositor creó un conjunto de las más bellas obras corales a capella, que han sido cantadas y grabadas por numerosos coros del país y del exterior: Estudio Coral de Buenos Aires y Grupo Vocal de Difusión (Argentina), Ensemble St. Quentin (Francia), Zaangroep (Bélgica), Voce in Tempore (México) y Exaudi (Cuba). Escribió obras originales para coro a capella, como las Piezas Sacras, la Misa Breve y la Misa Secunda.

Bajo su dirección, el Vocal Meridión participó del estreno de “En la isla”, episodio lírico de Claudio Alsuyet montado en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, con dirección del Maestro Bruno D’Astoli, junto a alumnos de Instituto Superior de Arte y la Orquesta Académica. En la temporada 2003 actuó en el estreno de la ópera Maldoror de Leo Masliah en el ciclo de Ópera de Cámara del Teatro Colón, con dirección del Maestro Santiago Chotsourian. También se presentó en el mismo escenario asumiendo la parte coral de Flumina, una creación de Oscar Araiz para el Ballet del Teatro Colón sobre el Requiem de Fauré que se interpretó junto a la orquesta Filarmónica de Buenos Aires con la dirección de los maestros Pedro Ignacio Calderón y Carlos Calleja. En la temporada 2004 participó en la ópera Dido y Eneas de Purcell, en el Teatro Colón, bajo la dirección del Maestro Daniel Hathaway y también con el Instituto Superior de Arte y la dirección del Maestro Carlos Calleja intervino en la presentación de Le convenienze et inconvenienze teatrali de G. Donizetti en el Centro de Experimentación.

6 comentarios:

Diego Lenger dijo...

Me emocioné mucho leyendo tu recuerdo de Fefe, llegué a tu blog buscando una biografía de nuestro amigo. Yo lo conocí más de grande, en los '90, a través de la actividad coral, pero empecé a frecuentarlo a partir del 2000 o 2001. Los últimos dos años nos veíamos varias veces por semana, yo cantaba en Meridión, y juntos fundamos ADICORA en Buenos Aires, donde él era presidente y yo secretario general. Aparte él dirigía el Centro Cultural de la Fac. de Veterinaria, donde yo tenía un taller coral, o sea que estábamos permanentemente en contacto, por teléfono, en persona o e-mail. ¡Gracias por la crónica, y un saludo!

Anónimo dijo...

te acompaño en el sentimiento. Y también lo hacemos todos los que tuvimos la infinita suerte de haber conocido al gran maestro Fefe. Como vos decís, nos queda su recuerdo, y mucho más que eso. Sus carcajadas hasta en sus peores momentos, siempre traía ese humor que uno se sigue preguntando de dónde miércoles lo sacaba, tenía tanta fuerza...
Te deseo lo mejor, y que el recuerdo de su sonrisa y esa media ceja levantada que entreveía cosas que ni nos podemos imaginar, te acompañen en estas fiestas y para siempre. Y que el último día de diciembre no sea razón para llorar, sino para recordar todo lo que el Maestro nos enseñó y llevaremos siempre dentro.
Merce

Yu Lo dijo...

Perdonen mi ignorancia, pero no conocía a este compositor... hasta hace dos días en el que me embarqué en un curso de dirección coral y el profe (Nestor Zadoff) nos dio para leer la obra Miedo con letra de Gabriela Mistral.
Pocas veces he cantado una obra tan hermosa, la rítmica, la armonía y todo el connjunto no solo logran una exquisita obra coral sino que dan un pequeña muestra de la gran maestría de Fernando Moruja.
Sería genial que insertaras algunas partituras de este maestro pues acá en Chile no hay mucho material de compositores trasandinos.
Un abrazo.

Rai dijo...

Estimad Yu Lo: no te puedo ayudar desde lo musical, pero quizás sí lo puede hacer Diego Lenger que está más relacionado con la música. diego dejó un comentario en el blog, si podés comunicate con él.
Un abrazo. Raimundo

Anónimo dijo...

Mañana se cumplirán 14 años de la partida del querido amigo y maestro Fefe. Nunca te olvido y siempre en los brindis de fin de año está tu recuerdo, tu recuerdo de gran tipo y gran artista. Dios te tenga en la gloria.
Rai

Anónimo dijo...

Escuché algunas de sus obras y me parecieron bellísimas.... Escuche en los 90 algún concierto. .... yo era coreuta.... me hubiera encantado formar parte de alguno de sus grupos..... cada tanto me deleitó con Luz aeternam...... maestro Moruja gracias